viernes, 25 de abril de 2008

Como si los duraznos fueran tan inocentes

Sentís su forma, su textura. La recorrés con la punta de los dedos una y otra vez.
Después de mirarla desde la mayor cantidad de puntos de vista posibles, inevitablemente llega el momento.
La agarrás bien firmemente y te la acercás. Te la acercás primero hacia el cuerpo... y después, más específicamente, hacia la boca.
Es ineludible sentirle el aroma, ya que queda posicionada lo suficientemente cerca de la nariz.
Abrís la boca. Desenfundás los dientes.
Ahí se produce todo un rito: primero, la acariciás con los dientes (como cuando querés engañar a alguien diciéndole que no lo vas a lastimar mientras le acariciás el pelo con el arma homicida).
Y después te hundís. Le quebrás todos los límites. Atravesás capa por capa de su naturaleza (y las vas sintiendo).
Pero llega un punto en que no se puede excavar más y no hay otra que arrancarle el pedazo que lograste atrapar entre tus fauces.
Ahí la dejás toda expuesta...sangrando.
Por el resto... seguís comiendo la fruta como siempre.











)Ya es demasiado. No poder comer una fruta en paz...es demasiado. Pero recomiendo altamente que antes de matar a alguien mate ud. a una fruta. Laloc.(

5 comentarios:

Lecce dijo...

Soy Archi PRI!..Archi Firmo tu Archi blog.. y dejo Archi Besos...



El Chico de las Poesías

Naita dijo...

luuuu, te me cambiaste a negro, no es buen signo.

y.. bienvenida a la realidad.
NUNCA , PERO NUNCA se puede comer una fruta en paz, siempre hay algo qe molesta..
si sabree.. jeje..

por otro lado., marche una segunda de chocotorrrtaaa jjajaja ...

besotes!
sabes qe si pasas por este prado se te va a querer..

=)

Cabezon dijo...

qué sería si todos nos entenderíamos, sólo con mirarnos o tocarnos, aburrido? Interesante? Disfrutemos la diferencia y los problemas; o no

Cabezon dijo...

Si así es como nos tratamos, esto va mal
muy mal!
Soy un tonto en seguirte
como un perro andalúz
pero mi amor se acabará
alguno de éstos días
alguna de éstas noches.

Lecce dijo...

Pupilas de Gato me fulminan





El Chico de las Poesías