domingo, 30 de noviembre de 2008

Recreo

¿Jugarían conmigo?

La cosa es así:

- Hay que dejar un comentario ANÓNIMO (BORRO aquellos que dejen comentario en esta entrada CON NOMBRE. Esto es así de despótico...)

- En el comentario cuenten algo que les pase al momento de escribir sin dar ningún tipo de nombres de involucrados ni pistas muy obvias. Es decir: se aceptan quejas por exámenes; declaraciones de amor, declaraciones de odio; confesiones de cuestiones pasadas, de ganas de matar a la madre, el padre, el hermano/a, la/el novia/o; "bastas fuertes" al trabajo, al estudio, a la soledad...

En otras palabras, la idea es que nadie (pero NADIE) pueda identificar quién es la fuente del comentario y que puedan expresar lo que quieran sin ofender ni favorecer a nadie. Se aceptan cualquier tipo de comentario acerca de cómo se sientan, incluso aquellos que crean tontos o innecesarios.


Servicio sin fines de lucro de ningún tipo.


Desde ya que muchas gracias.

Atte,
Secretaría de Audición de la Nación


(No, no me importa que esta sea una idea trilladísima)

domingo, 9 de noviembre de 2008

Editorial

Agg...el abandono.

(a-bandono...a-banda: sin banda, separado del grupo)

Qué mal nos hace el abandono.

Nos deja mal y nos produce uno de los siguientes dos extremos: la inmersión total en uno mismo (autofagia) o la emersión engañosa total (i.e. la exagerada exposición de una imagen superficial que creamos -mascarita- y que vendemos como "mucho gusto, yo mismo").
Luego, el factor común es evidente: tanto la inmersión total como la emersión engañosa total se usan para reprimir un grito que aprendimos que no puede ser emitido gracias al abandono:

"¡Quiero que me quieras, carajo! ¡Quiero que me felicites cuando hago las cosas bien! ¡Quiero que me acaricies el hombro si estoy llorando! ¡Quiero que me escuches!"

Ah...He ahí el punto clave. Escucharse.



"...Then something happened which unleashed the power of our imagination: we learned to talk"



Sí, el humano aprendió hablar en cierto momento de su evolución. Y parece bastante lógico que si nos callamos todos...lo más probable es que perdamos eso que le costó tantos años de esfuerzo a nuestra comunidad. Visto y considerando lo dicho...¿POR QUE CARAJO NO NOS DEJAMOS DE JODER Y NOS ESCUCHAMOS MAS LOS UNOS A LOS OTROS PARA QUE TENGA SENTIDO EL HABLAR ENTRE NOSOTROS? Y cuando digo escuchar, digo ESCUCHAR, no oir. Tratar (al menos tratar) de Entender.

Yo siento que serviría, eh...
No sé, bah...me parece...

jueves, 11 de septiembre de 2008

Manchas

Sangra la herida.
Brotan incontenibles las pequeñas gotas
que van reptando por los valles epidérmicos.
Es la misma miel
que siento trepar por mis venas...
pero mal encaminada.
Erupciono vida
(y pensar que uno puede morir erupcionando vida).
Sangra la herida que estaba cicatrizada.
Y tal vez haya sido la manga de la campera.
O tal vez la inhibición envasada al vacío.




Almendra no podía dormirse aquella noche. El viento se hacía lugar por la calle a los empujones y sus modales asustaban un poco a Almendra. Pestañeo. Pestañeo. Y en el segundo abrir de ojos vio como en la pared de enfrente había dibujados dos círculos de miel. Sus ojos se habían convertido en reflectores. Almendra aspiró aire muy-fuerte-todo-junto, asustada, y cerró con fuerza los ojos (como quien quiere que algo desaparezca y cree que va a ser así si deja de verlo). Sin abrir los ojos, Almendra seleccionó un dedo de su mano derecha, desenfundó la yema y comenzó a recorrer con suavidad todo su brazo izquierdo (santa sea la religión de los rituales- calmantes). Pero llegó un punto en que Almendra dejó de sentir la suavidad de su dedo para sentir...alas que se batían a lo largo de su brazo. La sorpresa le jugó una mala pasada a Almendra, quien se olvidó por qué estaba con los ojos cerrados y los abrió (lógicamente para encontrarse con que lo que daba miedo se había ido gracias a...santas sean las distracciones). Una libélula le estaba haciendo mimos en el brazo. Almendra odiaba las libélulas. Pero le encantó encontrar a esta en su cuarto, en su brazo, y, por un momento, libélula y Almendra se quisieron.
Un rato que pareció corto pasó y la libélula se desprendió de Almendra para remontar vuelo por la habitación. Se le unieron unas 24 libélulas más. Lejos del temor, Almendra estaba encantadísima.

Felices chisporroteaban las libélulas. La imagen era toda una sonrisota incontenible y traviesa.

Hasta que una gotaza de pintura violeta descolocó y tiró a una libélula contra el piso. Almendra y el resto de las libélulas se quedaron inmóviles y confusas. Las libélulas, petrificadas, suspendidas en el aire. A Almendra se le comenzaron a erizar los pelos uno a uno (como el pasto que es pisado y lucha por volver a su erecto y sano estado natural).

Fue en eso que la libélula damnificada se levantó enérgica y triunfante y corrió a manchar de violeta a la libélula de al lado.

¡¡¡Lluvia de gotas de pintura de distintos colores!!! ¡¡¡25 libélulas jugando a la mancha más hermosa y colorida que Almendra jamás haya visto!!! ¡Qué muerte de risa!

Sin pensarlo mucho, Almendra se miró el brazo. Tenía una Curita ($%) en la yema del dedo. Almendra se preguntó por qué. Se la sacó. Sangró la herida.

No entendía el fin de las curitas. Tapar no era curar.

Sí, las libélulas se habían ido.


Almendra se despertó para pensar "por qué no me podré dormir esta noche".


domingo, 7 de septiembre de 2008

ID

domingo, 20 de julio de 2008

Yo

Por primera vez...les hablo en primera persona.

Las cosas esta vez van simples y directas.

Hoy tengo miedo. Mucho.

No quiero dar un paso más. No me animo.

De a poquitito me estoy inmovilizando completamente: célula a célula se está pasando la noticia de que hay que quedarse quieta.

Y se esta generando una quietud tan seca a mi al rededor que los ruidos casuales duelen, las luces que se filtran por las hendijas, perforan y el frío, lastima.

Creo...creo que siento como flotan las partículas de lo que me rodea. Una vez que una se queda quieta se da cuenta de...la puta, cómo se mueve todo el resto.

Hoy...hoy tengo miedo. En la tranquilidad de mi normalidad, hoy comenzaron a llover tacos agujas del cielo. Estuvieron todo el día transitando mis espacios.

Lo peor es que creo que me vieron y que no les importó.

¿Dónde quedó el temor por las arañas?

jueves, 3 de julio de 2008

Mimos

Qué curioso es entrar en una habitación y ver a Almendra tirada en el piso, panza abajo, piernitas para arriba, piecitos enredados, con la cabeza apoyada sobre una hoja de papel blanca y con un crayón rojo en la mano.

Creo que nada le gustaba más a Almendra que ver como se iban desprendiendo las partículas del crayón y se iban prendiendo a la hoja. Así, con el cachete bien pegado a la hoja.

Almendra tenía la teoría de que a la hoja le encantaba ese mimo. Por eso, muy seguido, Almendra dibujaba corazones rojos con su crayón. No tanto por el tradicional simbolismo sino porque creía que a la hoja le debían gustar más las caricias curvas que las rectas.

martes, 1 de julio de 2008

Mentira

No, Almendra. Que te tapes los ojos no significa que estés escondida de los demás.


Las cosas siguen pasando, Almendra. Con razón sentías que todos te empujaban, ¿no? Yo que vos encuentro un mejor escondite...o pica para mí, pica para todos.

domingo, 22 de junio de 2008

III

Apenas muevo los primeros dedos.
Los párpados todavía pesan demasiado como para abrirlos.
Las pestañas son cadenas cómplices.
Respiro aire todo de golpe.

Agg...me di cuenta de la existencia de la luz.


Lluvia de partículas pesadas.
Metálicas,
redondas
y violentas.

Pero, pero...¡capaces de traspasarme!

¡Me golpean una y otra vez!

Pero...¡Por todos lados, eh!

Las partículas del aire...
¡Ellas!
¡Me las-ti-man!


Despertar duele.


En cuanto abro los ojos la lluvia se vuelve de pelotas de algodón. Se deshacen apenas llegas a los límites de mi piel...

Y ahí me envuelve la música del día. Me acuerdo de lo que soy, lo que me queda por hacer y lo que sea que haya hecho hasta el momento. Reiniciar, básicamente.

II

Se me destaparon las orejas.
Y después un poro del cuero cabelludo.
Dos.
Tres.
Miles.

Se me destaparon los ojos...
la boca.

Las sensaciones comenzaron a
invadirme.
Con su dedo índice,
me recorrían
desde el cuello
hasta el final de la espalda.
Y susurraban...


Todo lo que brota de mi se choca en una nube perfecta de luz y color con todo lo que quiere entrar en mi. Y me voy llenando de lo que sobrevive. O voy sobreviviendo de lo que me llena.



Hasta que un día no. Y la sequedad me invada...

Puedo imaginarme las células de mi sangre flotando por mis arterias, ya no empujadas por una fuerza. Fluyendo por inmovilidad y voluntad propia...Flotando.

miércoles, 21 de mayo de 2008

Misterio

Almendra estaba sentada en un banco negro en un plaza. Era un día de otoño y el viento no paraba de bailar. Era por eso que le había sido inevitable caer en la convención de vestir bufanda y botitas. Exactamente por enfrente suyo pasó un señor de ojos negros, capa negra, sombrero negro y barba negra. El viento se le metía en la capa y hacía que le fuera cada vez más difícil avanzar. Pero el hombre seguía intentando caminar con su capa. Y lo terminaba haciendo...como en cámara lenta. El esfuerzo superior que hacía se le dibujaba en la frente. Almendra lo miraba con ojos bien abiertos.

Almendra estalló en risas. Como si le hubiese brotado. Así, de golpe. Y se rió tan fuerte que llamó la atención del hombre, el cual la miró profundamente con toda seriedad. Almendra no pudo sostenerle la mirada. Pero siguió riéndose, agarrándose la panza con fuerza. El hombre la miraba como ofendido, sin entenderla.

-¿De qué te reís?

-De la relación que tiene con su capa. Si tanto le molesta para caminar...¿por qué no se la saca?- dijo Almendra entre risas.

-Bueno...porque...porque...

Inevitablemente el hombre se rompió riéndose. Su mueca seria se cristalizó y estalló y en la máscara que traía debajo se encontraba una risa exageradísima. Tanto se rió que perdió el equilibrio y decidió ir a sentarse junto a Almendra.

Ella le sacó el sombrero en ese instante. El hombre, que ya lloraba de la risa, le señaló a Almendra sus zapatos. Se los sacó con delicadeza...pero con todo el ánimo de quien libera un río.

A Almendra le dolían los pómulos de tanto reír y se los sostenía con las manos, casi avergonzada. Le miró la capa. Se la señaló. Solito el hombre se la sacó. Ella se señaló la bufanda y de un segundo a otro se la desenroscó.


Los dos suspiraron al mismo tiempo cuando la risa por fin cesó. Almendra se levantó del banco de un salto. Antes de que se fuera, el hombre de negro le dijo:

-Nos estamos viendo.

A lo que Almendra frunciendo el ceño contestó:

-Qué ridículo. Por supuesto que nos estamos viendo.


Y se fue.

Almendra Me Toca El Hombro

Almendra tendría unos siete años. Al menos eso intentaba expresar con los dedos de la mano cada vez que le preguntaban la edad.
Tenía ojos muy marrones y grandes. No dejaba de sostener una expresión como ausente, hechizada: una mirada constante (intercalada por pestañeos que venían de a pares y rápidos) y una sonrisa cómplice (de esas que no llegan a mostrar los dientes, pero que llevan a los labios a su máxima extensión).
Era de tez muy pálida. Parecía que la luz se reflejaba con más fuerza en ella. Resultaba tan clara...
Tenía el pelo marrón, muy revuelto, peinado exclusivamente por el viento. Los días eran los que decidían si tenía flequillo o no, rulos o el pelo lacio.


Almendra se llamaba... Pff...

domingo, 11 de mayo de 2008

I

Se mojaba el dedo
con la lágrima.
Bah, la aplastaba íntegra
y los restos
se le adherían al dedo.
Y se chupaba el dedo.
Y se alimentaba así.
Bestia.
Vestia.
Vasta vestía.
Basta, bestia.

viernes, 25 de abril de 2008

Como si los duraznos fueran tan inocentes

Sentís su forma, su textura. La recorrés con la punta de los dedos una y otra vez.
Después de mirarla desde la mayor cantidad de puntos de vista posibles, inevitablemente llega el momento.
La agarrás bien firmemente y te la acercás. Te la acercás primero hacia el cuerpo... y después, más específicamente, hacia la boca.
Es ineludible sentirle el aroma, ya que queda posicionada lo suficientemente cerca de la nariz.
Abrís la boca. Desenfundás los dientes.
Ahí se produce todo un rito: primero, la acariciás con los dientes (como cuando querés engañar a alguien diciéndole que no lo vas a lastimar mientras le acariciás el pelo con el arma homicida).
Y después te hundís. Le quebrás todos los límites. Atravesás capa por capa de su naturaleza (y las vas sintiendo).
Pero llega un punto en que no se puede excavar más y no hay otra que arrancarle el pedazo que lograste atrapar entre tus fauces.
Ahí la dejás toda expuesta...sangrando.
Por el resto... seguís comiendo la fruta como siempre.











)Ya es demasiado. No poder comer una fruta en paz...es demasiado. Pero recomiendo altamente que antes de matar a alguien mate ud. a una fruta. Laloc.(

domingo, 20 de abril de 2008

Quiero Miel

Sos un cuento.


Tu cuerpo está forrado de hojas. Y las palabras se desplazan por todo tu cuerpo. Están en ininterrumpido movimiento por todos tus rincones.


Sos un texto con dudosa puntuación. Los puntos te van saltando de un lugar a otro. Las comas no existen. Tenés muchos ":" y pocos "( )". Y hasta este entonces no me había percatado que los ":" abren una caminito para las palabras. Y que los "( )", las atrapan.


En la punta de los dedos se te acumulan las palabras más dulces.

En la punta (-nt) de la cabeza las oraciones forman un remolino.

Atrás de la oreja hay escritos un par de secretos que quieren ser leídos.

Hay varios espacios en blanco en el cuello: llamadas implícitas a palabras ajenas.





La frase final se mantiene estática. En tus ojos.



Qué mierda. Sos un cuento.




Laloc rompió un par de hojas hoy.

Plumas en la Punta de la Nariz

"Mira el pájaro...
Se muere en su jaula"





Sol. No Sol. Sol. No Sol. Sol. No Sol. Sol. No Sol. Sol. No Sol. Sol.


-Me muevo de derecha izquierda y de izquierda a derecha. Tengo los ojos dolorosamente entrecerrados. Pero algo de esto me gusta. Debe ser por eso que también sostengo una sonrisa.



Pero...Agg...Odio las jaulas. Es como si unos dedos fríos encasillaran un rincón de libertad.
Es una hijaputez. Porque los cubículos al menos tientan menos. Estas cosas metálicas te impiden que te expandas, pero dejándote respirar el mismo aire que...afuera.

El viento fluye, pero una parte de él se queda en los cilindros de metal. Sí, hasta el viento se fragmenta en las jaulas.

¡Y la luz!: exhibo en todo el cuerpo un estampado a rayas.




Hay cierto momento de la mañana en que, por suerte, el Sol se enfrenta directamente con la jaula. Y ahí no me importa nada. Es el momento en que siento que unos brazos fulgurantes atraviesan todos los límites y me acarician con su calorcito.

Ese es el momento del día en que dibujo lo que para mi es una sonrisa amplísima...

Y juego:

Sol. No Sol. Sol. No Sol. Sol. No Sol. Sol. No Sol. Sol. No Sol. Sol.




No, no hablemos de los días nublados. Juguemos, mejor. Laloc.

domingo, 13 de abril de 2008

Sistema circulatorio

llama1.

(Del lat. flamma).

1. f. Masa gaseosa en combustión, que se eleva de los cuerpos que arden y despide luz de vario (sí, dice VARIO) color.











* . * . * . *




Hay una llama en el fondo de un río.
Está inquieta de crecimiento.
Chispiante y crujiente de la emoción.
Llegó el momento. Hoy la llama se desprende del fondo y se lanza a fluir.













Estira sus bracitos, mueve en círculos sus manos. Estira sus piernitas. Y en cuanto se pone en puntas de pie...ya es libre.











Explosión de triunfo de la llama.
Se mueve desplegando sus fuegos como las estrellas (como las estrellas que se ven tan de cerca que se les siente el calor).





Rueda.




Cambia de sentido todo el tiempo.









Se caga de la risa.






Es tan libre jugando, arrastrada por el caudal...







Arriba


Abajo


Abajoarriba.





Salta.
Brilla incontenible.








Su fuego va creciendo a medida que va fluyendo. Y va fluyendo cada vez más rápido.





Más.












Fluye.













Crece.










































Hasta que llega a la orilla...e irriga el terreno.






Abre.






Ahí mis ojos reciben el impulso para abrirse enormes y verte.







Laloc está atada.

sábado, 15 de marzo de 2008

Telarañas

En este sencillo acto estoy en vos. Así como lo lees. Justamente porque lo leés. Estoy en vos. Porque estas palabras están haciendo eco en algún lugar de tu cabeza. Porque tenés una voz en este momento sonando dentro tuyo...y encima está diciendo exactamente lo que yo quiero que diga: lo que estoy escribiendo.
En definitiva, a partir de esto que expuse se descubre un poco mi objetivo primordial con esto de escribir. Debo confesarlo porque ya es lo suficientemente evidente. Quiero atravesar estos vidrios (cristales líquidos para los más pinchados por la tecnología) y circuitos. Y para hacer eso, lo más fácil y menos doloroso es atravesar primero la jungla de materiales filosos con las ideas. Una vez que mis ideas se hayan hecho camino macheteando los cables y sólidos fríos, ahí voy a pasar los ojos. Voy a querer verte. Y tal vez después, la boca. Hay cosas que voy a tener que susurrarte. Pasar la cabeza después de eso no será difícil. Tal vez tenga que empujar un poco los límites del monitor, pero considero que voy a lograr reunir la fuerza suficiente. Poco a poco me iré desprendiendo célula a célula de tu pantalla (suena algo doloroso, eso sí). Terminará siendo como un nacimiento de mi cabeza ante vos.
Lograr pasar todo el cuerpo de aquel lado requerirá de ciertos actos inexplicables de contorsionismo. Eso tal vez duela un poco más. Digo, que brote mi cuerpo de las sombras y el frío electrónico. De todas maneras, a mi lo único que me importa es que al menos una de mis manos logre atravesar las barreras entre nosotros. Una vez de aquel lado, agarraría tu mano bien fuerte y diría, sin más: "Te tengo".

viernes, 7 de marzo de 2008

Don´t interrupt me

·
Estoy parada en uno de esos instantes en que cualquier día me hubiese dejado bien.


Quiero decir. (Así sin los ":". Que no es lo mismo)


Que estoy tan ajena a las sensaciones que pareciera que cualquier momento me podría haber conducido a esto. Que subida al transcurso de cualquiera de mis días, no me hubiese sido difícil bajarme justo a tiempo para encontrarme con este...vacío.


Quiero decir.


Siento que las cosas me pasan por todos los bordes. Me rozan y nada más. No me pegan. No me acarician. Me pasan...


Quiero decir.


No siento nada...Nada de nada. Me tocás y nada. Me pegás...y todavía nada. Por ahí si me hablaras...pero se me hace que ni eso serviría.

Es como si yo me hubiese dejado a mi misma en un rincón hace tiempo y me viniera corriendo hace rato para tratar de alcanzarme.

De hecho, me escucho. Reconocería mis pasos en donde sea. Me estoy acercando. Abrí la puerta y salté con todas mis fuerzas para...aplastarme.


Quiero decir algo hace mucho tiempo... y no me animaba: me gusta tremendamente Carlos Vives, la introducción de "Nuestro amo juega al esclavo", dormir con medias, desayunar escuchando música con los auriculares puestos y cagándome de la risa (sola), correr por la calle en momentos insólitos de una conversación, hablar de 3 cosas distintas a la vez (mínimo) (malabares), que alguien me sonría y se me quede mirando, que alguien se acuerde que yo estaba hablando antes de que otra persona me interrumpiera y me insista en que siga hablando... Adoro la gente que cada tanto mira para arriba cuando está caminando por la calle... Pero...hace rato que no te encuentro. Parece que no venías seguido por acá.


(Y me escucho que vengo de nuevo a...aplastarme otra vez)




La reputísima madre que los parió. Qué recalcada mierda que es esto.
(Así sin gritarlo. Diciéndolo como quien dice inocentemente "No me pasa nada")




(Cómo se aplastan las sensaciones unas a las otras. Qué fácil se reemplazan)



Yo tengo amor. Te dejo un poquito. Tomá. Laloc.

martes, 26 de febrero de 2008

Sí, tengo una fauna y una flora...¿y qué?

* *
Cuando soy murciélago, termino contracturada.
Cuando soy lobo, me quedan restos de ira en los colmillos.
Cuando soy árbol, me quedan claveles del aire adheridos a las pestañas.



*****

Las aspas del ventilador giran seductora mente. Cuando se las persigue con la mirada, una a una, se ve que todas van para el mismo lado. Vistas como un todo, van en reversa. Ahora, el aire que agitan no llega hasta acá abajo. Acá abajo, al piso. Al piso, donde estoy derretida. Porque lo que queda de mi dista de ser sólido...
Juego a que me pierdo entre las baldosas y a que con mi uña voy a poder levantar una para poder envolverme con ella...

Acá abajo, en el piso, donde las conversaciones del grupo de gente que me rodea no me alcanzan ("¡A que no me alcanzás! ¡A que sí te atrapo!"), me pasan por encima. Las palabras van fluyendo por allá arriba. Algunas se chocan, otras se empujan y algunas imprudentes se tocan a escondidas (no sea cosa que las vean). Entre letras. Entre líneas.

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Cuánta ausencia. Cuánta usual ausencia. Cuántausencia.


¿Pero qué puedo pretender? Si quisiera un mono publicaría un aviso:

"Busco alguien que me tape cuando haga calor y que comparta mi colección de nombres de Carnicerías (excluyente)."


Mientras tanto, el estudio...

"Título de grado en "Observación del Movimiento de las Hojas del Árbol de Enfrente y sus Efectos Seductores".
Incompleto el curso de "Manejo de látigo Nivel 1".
En curso: "Encauzamiento de los Rayos del Sol que Entran por los Agujeritos de la Persiana"."




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Eh...Nota: ¡POTUS! ¡Potus de mierda! ¡No finjas más! ¡Arriesgate! Destruite. Hacete pedacitos chiquititos. Y recién ahí...Vivite.












"To whom it might concern,


Best wishes,

Laloc"

miércoles, 20 de febrero de 2008

Innuendo

.
.
.
While the sun hangs in the sky and the desert has sand
While the waves crash in the sea and meet the land
While there’s a wind and the stars and the rainbow
Till the mountains crumble into the plain
Oh yes we’ll keep on tryin’
Tread that fine line
Oh we’ll keep on tryin’, yeah
Just passing our time.
*
While we live according to race, colour or creed
While we rule by blind madness and pure greed
Our lives dictated by tradition, superstition, false religion
Through the eons, and on and on
Oh yes we’ll keep on tryin’
We’ll tread that fine line
Oh we’ll keep on tryin’
Till the end of time
Till the end of time
*
Through the sorrow all through our splendour
Don’t take offence at my innuendo
*
You can be anything you want to be
Just turn yourself into anything you think that you could ever be
Be free with your tempo, be free, be free
Surrender your ego, be free, be free to yourself
*
If there’s a God or any kind of justice under the sky
If there’s a point, if there’s a reason to live or die
If there’s an answer to the questions we feel bound to ask
Show yourself, destroy our fears, release your mask
Oh yes we’ll keep on trying
Hey tread that fine line
Yeah we’ll keep on smiling, yeah
And whatever will be will be
We’ll just keep on trying
We’ll just keep on trying
Till the end of time
Till the end of time
Till the end of time

sábado, 16 de febrero de 2008

Estrategias Inconcientes

¿Cuánta gente pensará en que si hay dos puertas para el descenso de pasajeros en un colectivo, mejor escuchar si desde la otra puerta tocan el timbre primero para no repetir la acción y volver 2 centímetros más loco al colectivero?

¿Cuánta gente pensará en cambiar la altura de agarre de la mano a un caño del coletivo compartido con otras personas para permitir a otro más alto o más bajo estar más cómodo?

Y mejor todavía:
¿Cuánta gente se dará cuenta de que el espacio para que se sientan más cómodos fue pensado por otra persona? ¿Se darán cuenta de que están más cómodos?
¿Cuántos colectiveros se darán cuenta de que el timbre suena una sola vez? ¿Se sentirán un timbre menos aturdidos?


Eh... ¿¿Cuándo me bajo??


-Todos sabemos que vas hasta la terminal, querida.

martes, 5 de febrero de 2008

Let Me Entertain You

Wow. Ojalá no se haya dado cuenta de la cantidad de Monos que usted está manteniendo en el aire en este momento. Es una maravilla de malabar lo que está llevando a cabo...pero francamente creo que concientemente sería imposible. Mire a esos Monos reirse y moverse desenfrenadamente. Nadie puede decir que eso es fácil de sostener en el aire mucho tiempo. ¡Pero no me escuche, por favor! Continúe su labor, por favor.
Ahora, nunca vi un Maquillaje tan perfecto como el que usted lleva. ¡Y sus Ropas! Perfecto diseño para el Circo. Hasta tiene un moño en la espalda. Parece que lo hubiesen Empaquetado para Regalo. Le quedó perfecto. Me pregunto quién lo maquilla, lo viste, lo entalca y lo peina a usted. Ah, claro. Cómo no me di cuenta. Fueron Ustedes... Ustedes otra vez.