viernes, 30 de noviembre de 2007

De Lobos y Moscas ("Esto es lo que hacía falta para que saliera el Sol")

*


Cuando el viento no sopla se van acumulando los reproches. Como si se fueran subiendo uno encima del otro.

Primero comienza siendo una voz. Generalmente de mujer. Luego, aparece el timbre masculino. Una mujer más. Que sean dos. Tres. Tal vez se agreguen un par de voces de hombre. Y una nena. Y después juegan. Increíble. ¿No es increíble que les guste tanto jugar a eso? Se turnan. Sólo las mujeres. Sólo los hombres. Un hombre y una mujer. Tríos y cuartetos. Pero lo peor viene cuando se les ocurre (sí, es increíble) cantar todos a la vez. Es ahí cuando pareciera que diseñan exactamente como se van a encastrar unos a hombros de los otros hasta llegar a lo más alto de mi cabeza. Y el último mete mano en el nudo más rebuscado que encuentra. Ahí se desata la cuestión.



Es en ese preciso instante en que a lo lejos (recordemos que el viento no sopla) aparece él. Con todo su contorno. Ya su contorno intimida (¿no es increíble?). Viene arrastrando el paso. Cansado. Tan harto de venir por estos pagos como yo de verlo. Pero es un negocio que nos cuesta rechazar a ambos. Otra vez está aquí. Con ustedes, el lobo.



A veces pasadas la Lunas, se va. A veces se queda... Por alguna razón cuesta poco alimentarlo.



Ya no lo quiero acá. Y por eso escribo esto. No para ofrecérselo a nadie. No se lo ofrecería a nadie. Tal vez buscando que se vaya, haciendo un acto muy de circo, fluyendo desde los rulos de mi cabeza, a través de todo mi sistema circulatorio, llegando a la punta de mis dedos y, por alguna misteriosa difusión, fluyendo hasta ser lo que da forma a estas letras (y siento que no sería la primera vez que tengo la ilusión de que exista tal proceso biológico).



Como sea. Que se vaya. Estamos hartas de los lobos. Perdón. Quise decir que estoy harta del lobo.





***

No estoy segura de que la gente llegue a apreciar realmente que en distintos instantes del amanecer cantan distintos pájaros. Una de dos. O se juntan y lo planifican cual orquesta de lo más profesional o cada uno tiene una libre interpretación de la salida del Sol.


El Sol asoma. Va arrancando de a pedazos la noche (esa parte le encanta). Y se filtra entonces en algún rincón de tu refugio el primer rayo de Sol. Lejos de ofender, es de esos haces de luz que te sacan una sonrisa. Te remonta a las cosas que permanecen, cómoda y cálidamente, haya pasado lo que haya pasado y viniendo lo que vaya a venir. Y eso te provoca una risa cómplice.


Definitivamente, el amanecer es el mejor momento para entretener los miles de ojos de las moscas. Mientras, me divierto un rato jugando con el viento. Y alguna que otra vez el viento espanta todas las moscas sin que se den cuenta.



*


Laloc abre la boca, y en una acto deslumbrante ante las miradas deseosas de explicaciones, emite: Oh, sí. Flash, oooh.


jueves, 29 de noviembre de 2007

La primera mentira

Cuando estuve en un bosque encantado
noté con asombro
que una piedra me cantaba
con modulaciones y con timbres de tenor.

Debajo de la piedra vi a un sapo invernando
y supe
que era el sapo el que cantaba
y seguí buscando maravillas que saber.

Quería una princesa convertida en un dragón,
quería el hacha de un brujo para echarla en mi zurrón,
quería un vellocino de oro para un reino,
quería que Virgilio me llevara al infierno,
quería ir hasta el cielo en un frijol sembrado,
y ya.

De lejos vi una fuente que brillaba
y corrí hacia ella,
pues tenía aguas de oro:
era inconfundible aquel color como miel.

El sol se reflejaba en la fuente abandonada
y supe
que era el sol el que brillaba.
Desilusionado por dos veces me alejé.

Quería una princesa convertida en un dragón,
quería el hacha de un brujo para echarla en mi zurrón,
quería un vellocino de oro para un reino,
quería que Virgilio me llevara al infierno,
quería ir hasta el cielo en un frijol sembrado,
y ya.

Después de mil fracasos como estos
me sentí muy tonto:
nos habían engañado;
y me fui a buscar al primer hombre que mintió.

Caminé los caminos,
recorrí los recorridos,
pero cuando hallé al culpable
hecho un mar de lágrimas, al verme, me pidió:

Yo quiero una princesa convertida en un dragón,
yo quiero el hacha de un brujo para echarla en mi zurrón,
yo quiero un vellocino de oro para un reino,
yo quiero que Virgilio me lleve al infierno
yo quiero ir hasta el cielo en un frijol sembrado
y ya.

sábado, 24 de noviembre de 2007

Desierto

.
.
.
.
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Mi aspecto perverso, mi líbido porno
mi círculo abierto, mi tacto de oro
tu espalda es un arpa, tus piernas un coro
que tienen en mente, hacérmelo todo

Yo soy ese rayo que cayó del cielo
que vino a quemarte desde el mismo infierno
vos sos el espacio que habitan tus miedos
yo tengo el coraje y tengo el deseo

Quiero tu lado salvaje, no necesito palabras
quiero sacarme las ropas, que no me sirven de nada
no soy turista del viaje
soy pasajero intranquilo
no me provoques ahora
tengo un cuchillo con filo

Y nada de lo que me digas amor,
va a sacarme de este desierto...

Con látigo en mano
me siento indefenso
la rabia que escupo
se la lleva el viento

Hay gente que inspira
que come excrementos
hay gente que aspira
la coca y el tiempo

Tu punto de vista, tu lado importante
tu chumbo en la mano, sos un vigilante
yo soy un espectro, soy un habitante
un cuerpo y un alma, un lucro cesante

Voy a salir a la calle
a deshacer mi destino
que es bueno estar en la lona y equivocar el camino
Podés comprarte una casa, podés comprarte un asilo
hay cosas que no se compran, vos sabés bien lo que digo

Y nada de lo que me digas amor,
va a sacarme de este desierto...

La falsa utopía
de un mundo perfecto
se hundió hace unos días
en un baño infecto
políticamente decente y correcto
sos un policía, sos como un insecto
flotás tranquilo y seguro
alrededor de la mierda
te veo andando derecho
resbalando por izquierda
no existe nadie que sepa
ninguna cosa en la tierra
y si estás libre de dudas
tirá la primera piedra

Nada de lo que me digas amor
va a sacarme de este desierto,
desierto ... nena, estoy desierto ...
nena, estoy desierto, desierto ...


Disculpen...pero tenía que hacer esto...

miércoles, 14 de noviembre de 2007

Zeppelin

Detesto que me aten de manos y pies al piso. Me descontrola, mirá.

Y estoy acá...otra vez mirando al cielo, enardecida, flotando limitada.

Se me salta la bronca desde el pecho, se desprende de mi en un doloroso acto, se alza unos metros y se devuelve a mi cuerpo por efecto de la gravedad.




Qué silencio. Qué poco viento.

miércoles, 7 de noviembre de 2007

Punto Final

No me vas a matar. Me acabás de crear. Y por algo lo hiciste. No te conviene. Los espacios por los que transitamos quedarían inalterados. Y vas a ver que entonces vas a odiar a la tranquilidad. No vas a soportar la planaridad de los espacios. Y me vas a buscar de alguna u otra manera. No es negocio que termines conmigo... Negociemos. Yo te doy libertad. ¿Vos qué me das?


No me mates




No te vayas



No me corras la mirada


Perseguime... (si hasta ahora lo venís haciendo)

No. No uses ese arma.

¿Me vas a matar?

Me estás matando (Gota de tinta roja, puntual, esparcida evitando ser círculo perfecto como punto final)


















(Laloc: Muero por saber qué se entiende de este texto. Tiren interpretaciones. Me interesa)

(¿Por qué escribiré mis comentarios entre paréntesis?)