domingo, 22 de junio de 2008

III

Apenas muevo los primeros dedos.
Los párpados todavía pesan demasiado como para abrirlos.
Las pestañas son cadenas cómplices.
Respiro aire todo de golpe.

Agg...me di cuenta de la existencia de la luz.


Lluvia de partículas pesadas.
Metálicas,
redondas
y violentas.

Pero, pero...¡capaces de traspasarme!

¡Me golpean una y otra vez!

Pero...¡Por todos lados, eh!

Las partículas del aire...
¡Ellas!
¡Me las-ti-man!


Despertar duele.


En cuanto abro los ojos la lluvia se vuelve de pelotas de algodón. Se deshacen apenas llegas a los límites de mi piel...

Y ahí me envuelve la música del día. Me acuerdo de lo que soy, lo que me queda por hacer y lo que sea que haya hecho hasta el momento. Reiniciar, básicamente.

2 comentarios:

Lecce dijo...

Alguien...







Detuvo...







La Caída...

El Chico de las Poesías

Charly Santos dijo...

Muy bueno che, sobre todo eso de darse cuenta de golpe de que la luz existe. Un saludo che.